Me gustaría poder afirmar que siempre predico con el ejemplo, pero la realidad es que no siempre es así. En nuestras vidas no se puede encontrar una fórmula matemática que aplique a cada situación, de manera repetitiva, para dar siempre el resultado “correcto” y la prueba de ello la tenemos en los economistas que intentan con sus simulaciones de Montecarlo predecir los mercados y no aciertan ni una.
«1 + 3×4» siempre es igual a 13, pero pantalones «vaqueros + camisa blanca» no siempre significa ir de punta en blanco
Turistopía es un evento donde los logaritmos simplemente no sirven para nada. Las emociones, las relaciones personales, las ideas y la ilusión tienen demasiadas combinaciones con pequeñas variantes, matices que apenas se pueden percibir, como para repetir la misma fórmula. Pero habiendo dicho esto…