Con demasiada frecuencia tendemos a confundir la palabra orgullo con felicidad o simplemente aplicamos mal su significado. O ambas cosas.
Para ilustrar mis ideas qué mejor que unos ejemplitos:
- cosas que vienen dadas desde que se inicia la vida y que no te has ganado: medir 1,80 y tener ojos azules.
- cosas de las que puedes estar orgullos@: cuidar el cuerpo, sacar buenas notas en un examen, y tampoco podemos olvidar el correr una maratón.
- cosa que te «regalan» o imponen cuando naces: la nacionalidad, algo aleatorio que no te has ganado y que sin embargo va a dictar tu salud (acceso a hospitales y medicamentos), tu libertad y tu derecho a vivir en igualdad de condiciones sin temor a que te maten por decir algo que va en contra de “tu nación” o sus gobernantes.
- cosas de las que puedes estar orgullos@: trabajar con tu comunidad, ayudar a otras personas menos afortunadas que tú, ser una buena persona.
- cosas de las que te puedes alegrar, y mucho: cuando gana tu equipo de fútbol.
- cosas de las que puedes estar orgullos@: cuando tu hijo mete un gol en el equipo de fútbol sala del colegio.
Yo quiero que mis clientes estén contentos con mi trabajo. Incluso quiero que estén encantados con mi trabajo para que me recomienden a otros diciendo «los de Turiskopio han superado mis expectativas… Una pasada, no te lo pienses dos veces que con estos vas a tiro hecho». Pero para mí es igual de importante, por no decir más, el que yo misma esté orgullosa de todos y cada uno de mis trabajos, y cuando esto no ocurre, cuando considero que no he dado el 100% o que podía haber hecho las cosas mejor, no logro conciliar bien el sueño porque hay unos pequeños diablos azules que recorren mi mente diciendo “este trabajillo lo podía haber hecho cualquiera”. Soy una perfeccionista y quiero que todo lo que hago sea inmejorable. Para hacer algo mediocre mejor no hacer nada.
Esta semana estoy durmiendo a pierna suelta con lo que asumo que tengo la conciencia limpia con la organización de #turistopia, de haber cumplido con los objetivos y expectativas de mis clientes, ponentes, patrocinadores y público. Estoy contenta con los resultados, pero espero mejorar con el tiempo, al igual que un buen vino. Pero para ser la primera vez, para ser una micro-empresa con todo tipo de limitaciones, creo que he logrado estar a la altura de lo que tiene que exigir una persona que viaja cientos de kilómetros solo para poder aprender, compartir y divertirse.
Pero para volver al tema central de este post os confieso que el mayor orgullo de mi vida es mi familia. No hay nada más importante, ni siquiera @turiskopio ni #turistopia.